martes, 24 de febrero de 2009

Pobre niñita fea

Antes de que empiece mi post quiero advertir que este blog no se hace responsable si el contenido se presenta ofensivo y/o discriminante. Tener mucha cautela al leerlo.

Si alguna vez escucharon el dicho: "Todos somos iguales", dejenme decirles que fueron engañados, nadie es igual a nadie y si eso pensaron ustedes y les dijeron: "todos somos iguales, tal vez no en lo físico pero si en los derechos y en los deberes", eso es aun más mentira y hoy les voy a decir porqué amigos.
Una vez caminaba con un amigo en un centro comercial, sólo habíamos ido a comprar unos discos, una vez cumplido nuestro objetivo empezamos a pasear por ahí. Llegamos a una parte en donde sólo vendían ropa interior, nosotros no queríamos ropa interior así que seguíamos de largo. Como en todo centro comercial peruano, una chica, debo ser honesto que no era una chica bonita, se nos acercó y nos ofreció calzoncillos, la miramos y le dijimos "no queremos nada" y seguimos caminando. Más adelantes, y aún es la sección de ropa interior, una chica (muy bonita) se nos acercó y nos dijo: "hola, ¿buscan algo?¿ropa interior tal vez?", nos miramos mi amigo y yo, y le preguntamos a la chica si vendía polos de color blanco.
Una vez estaba en el banco con una amiga esperando nuestro turno, de pronto vino una chica alta, con una falda, no puedo negar que era bonita. La chica se paró junto a las sillas, todas estaban ocupadas pero un señor, muy amable se paró y le sedió su asiento a la bella dama. Pasaron un par de minutos y llegó otra chica, un poco gordita y tal vez nada llamativa para nosotros los hombres. La chica gorda se paró cerca de los asientos esperando que alguien le seda alguno pero su espera fue en vano, ni la miraron.
Estos y muchos más casos similares me han hecho dar cuenta que no todos somos iguales, aunque aveces lo queramos, sobretodo cuando se trata de aspecto físico, todos prefieren a las chicas bonitas que a las chicas feas, todos van a perdonar a las chicas bonitas y a las feas la van a culpar, todos están dispuestos a morir con tal de salvar a una chica bonita de un cruel ladrón pero cuando se trata de una mujer fea, mejor no hablemos. No me culpen por postear algo así, es la cruel realidad y lo mismo pasa con los hombres. La gente discrimina a los feos, a veces ni les dan trabajo, eso es demasiado.
Pero creo que las mujeres son las más perjudicadas porque los hombres a veces somos mas crueles. Una vez oí que en los grupos de amigas siempre hay una fea porque así las demás parecen más bonitas. A decir verdad, las chicas bonitas tienen más derechos que las feas y lo mismo pasa con los hombres. Las chicas bonitas tienen el derecho a ser atendidas cuando quieran, a ser perdonadas, a ser tratadas bien, a ser escuchadas. A las bonitas se le saluda con beso mientras que a las feas solo les dicen "hola". A las bonitas se les acompaña a su casa mientras que a las feas se le dice "chau", cuando una bonita hace un chiste malo todos se ríen mientras que cuando una fea hace un chiste malo, todos la pifean sin compasión. Cuando una bonita te pide un favor, tú se lo haces y con yapa, cuando una fea te pide un favor, tú le dices que estas ocupado. Cuando una bonita te dice que terminó con su enamorado, tú la consuelas; cuando una fea te dice que terminó con su enamorado, tú le dices: " ¿tenías enamorado?".
Si alguna vez una chica te ofendió o te golpeó sin querer y la perdonaste sólo por ser bonita, mientras que una chica fea te hizo lo mismo y te enojaste con ella en vez de perdonarla como lo hiciste con aquella chica bonita, no te sientas culpable porque lamentablemente no eres el único, muchas personas; hombres y mujeres, señoras y señores han hecho lo mismo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Otra vez en el bus

Creí que ya lo había visto todo, simplemente me equivoque. Estaba esperando a que viniera un micro bus (un bus pequeño), estaba apurado, quería que venga el micro de una vez. Cuando por fin llegó, subí, busqué un asiento con la mirada y cuando lo encontré, me senté y di un suspiro de alivio, por fin estoy en el bus.
Como lo mencioné hace tiempo y obviamente no cambió, es la música que ponen, cumbia, ya hasta me se las letras porque mi subconsciente las capta sin que yo me diera cuenta. El cobrador, un joven de unos veintitantos años, de gorra y con la camisa azul que los distingue del resto, comienza a anunciar la ruta del bus: ¡Javier Prado, Camino Real, Pardo, Pardo...! De pronto una señora gorda sube al colectivo, está cargando una cartera de cuero blanco, se sostiene del pasamanos e intenta sentarse pero el movimiento brusco del carro en marcha no se lo permite y hace que se tambalee hasta que deja caer el enorme trasero gordo de la señora en el asiento, una gota de sudor frío recorre por su frente, ahora vuelvo a ver a la ventana.
El cobrador pasa pidiendo que le paguen el pasaje, hace sonar un puñado de monedas que lleva en la mano y educadamente repite: "A ver pasaje por favor". Todos pagan sin problema, todos menos la señora gorda que paga un sol veinte...
- ¿A dónde va, señora? - pregunta inocentemente el cobrador.
- Benavides - responde la gorda seriamente, como si se lo hubieran preguntado más de una vez.
- Un sol cuarenta a Benavides, señora - le recuerda el cobrador.
- ¿Qué? Un sol veinte es... - la señora gorda se voltea y hace un gesto de no querer saber nada pero nuestro querido amigo "El cobrador" se arma de valor y se enfrenta a la gran mujer.
- Señora, es un sol cuarenta a Benavides, ahi esta el tarifario...
- Oye no te pases pues, Benavides esta acá nomas, un sol veinte es, no seas abusivo...
El cobrador parece aguantarse y respira hondo, no quiso discutir con una señora obesa que no quiere gastar veinte centavos más y que encima esta equivocada porque de la Marina a Benavides hay mucha distancia y no es "aquí nomas". En fin, el cobrador sigue su camino por el pasillo pero no si antes decir "un sol cuarenta es", llega a mi asiento y yo le pago lo que en verdad es, un sol veinte, con mi carné de medio pasaje. Después de cobrar algunos asientos más, de nuevo se topa con otro pasajero que le hace la vida imposible, esta vez es un viejo de unos 60 años, con lentes y medio calvo, que se reusa a pagar el pasaje completo.
- Disculpe, señor, ¿adonde va?
- Al San Juan
- Dos soles a San Juan, señor. - suplica el cobrador, tratando de evitar una pelea.
- Ustedes se pasan, ¿cómo me vas a cobrar dos soles? - protesta el pelado, frunciendo su gigantesca frente.
- Señor, ahí esta el tarifario, dos soles al San Juan - el cobrador parece perder la paciencia. El pelado ve que es verdad y sínicamente dice:
- Ees...ta mal, además la gasolina ya bajo. - se escusa estúpidamente.
- Pero los repuestos siguen caros. - el cobrador se arma de valor y lo enfrenta.
- Ese no es mi problema. La gasolina ya bajo.
- A ver, ¿cuánto ha bajado?
- Eh... no sé... - responde desconcertado.
- ¡Ah! Entonces para que habla si no sabe. - Responde el cobrador.
- ...
Todos parecen ocultar una carcajada, hubiera querido estar al costado del pelado, para reírme en su cara.
A donde subas siempre encontraras a esta clase de gente, personas que sólo quieren molestar y hacen la vida imposible al cobrador. No sé si sera una ley o una realidad, pero el cobrador siempre es el malo, el cobrador siempre es el abusador; el ladrón; el malcriado, aunque hay veces que es el que esta en lo correcto o es amable, siempre lo van a juzgar y siempre lo van a tratar mal.
Estoy sentado cómodamente en mi asiento, el viento me da el la cara, estoy tranquilo... "Buenas tardes señores pasajeros espero no interrumpir su lindo viaje, el que les habla es un padre de familia que en estos momentos se encuentra desempleado pero yo trato de salir adelante honradamente vendiendo este producto golosinario, las ricas gomitas de ambrosolli, de pura fruta, a solo diez centavitos la unidad, colaborenme para poder dar de comer a mis cinco hijos, gracias que Dios los bendiga".
De lo que tampoco vamos a estar a salvo es de este tipo de negocio, no es que este en contra de ello, sino que deberían de dejar subir sólo a algunos, hay veces que suben delincuentes a pedir dinero o personas drogadas que molestan a los pasajeros, afortunadamente a mi aún no me molestado.
- ¡Esquina baja! - grita una señora - ¡baja! - repite desesperada, como si no la van a dejar bajar nunca - ¡bajaaaaaaaaaaaaaa!
Lo que siempre me he preguntado es por qué la gente dice "esquina baja", cuando en verdad debe decir, "esquina bajo". El que debe decir "esquina baja" es el cobrador, nosotros debemos decir "esquina bajo", se preguntaran por qué, por la simple razón que decimos "yo lavo", "yo cocino", "yo escribo" o "yo manejo", nosotros no decimos "yo lava", "yo cocina", "yo escriba" o "yo maneja". Por lo tanto debemos decir "esquina bajo" por que el que va a bajar eres tú.
En fin, en el micro hay de todo y si no fuera por que el carro se estancó media hora en el cruce de Arenales con Javier Prado, no hubiera corrido, ese lugar es el peor, es la razón de por qué las personas andan apuradas, deberían poner un semáforo que dure, en vez de eso hay un policía que solamente hace transitar a los vehículos que vienen de Arenales y cuando da pase a los que vienen de Javier Prado, solo lo hace por un minuto. Eso si que estresa.
Por fin veo el paradero, me levanto y digo "Bajo en el paradero", el cobrador grita: "bajan paradero", yo lo miro y pienso: "que dura chamba", luego me bajo del vehículo y me pongo a correr por que estoy sobre la hora, es que me paré sobre un reloj.