jueves, 29 de diciembre de 2011

Desconozco mayormente

Hola, de nuevo aquí, regresando a este viejo rincón donde puedo escribir lo que quiero sin importar nada pues no lo lee nadie, creo. 

En esta ocasión voy a hablarles sobre unos señores que vemos a menudo, no, no son nuestros amigos los cobradores. Estas personas que les digo están por todos lados, en el parque, en la puerta de tu edificio, en la esquina de tu cuadra, fuera de las tiendas, en donde sea. Me refiero a nada más y nada menos que a nuestros fieles amigos los "guachimanes", los guardias de seguridad improvisados que vemos cotidianamente (por si a caso, no estoy hablando de los profesionales, quienes portan armas). 

Primero, a qué nos referimos con "guachiman", bien, un "guachiman" es aquella persona, hombre por lo general, que se ubica en un lugar "estratégico" (como dije antes: esquinas, parques, puertas de edificios o entradas a comercios) y que su labor principal es vigilar los alrededores con el fin de detectar cualquier movimiento sospechoso y actuar rápidamente para evitar robos, secuestros o cualquier acto delictivo hacia los vecinos y/o transeúntes. Los "guachimanes" deben estar atentos todo el tiempo, siempre con los ojos bien abiertos, observando todo el lugar, paseándose de un lugar a otro para asegurarse que todo ande bien. Por lo general, el trabajo de estas personas empieza en la noche, cuando todos duermen y los amigos de lo ajeno salen para realizar sus fechorías, lo que exige a nuestro "guachiman" mucha resistencia al sueño sumando la gran valentía que deben tener para estar prácticamente solos en la calle oscura. Si se presentase algún peligro, el "guachiman" debe, ante todo, guardar la calma, ponerse firme y defender el territorio de la manera que pueda y si cree que no va a poder controlar la situación por estar en desventaja, entonces una llamada al serenazgo hará que todos estemos a salvo. Sin duda alguna, el trabajo de un "guachiman" es admirable, creo que pocos tienen las agallas para quedarse a cargo de la seguridad de un lugar sin titubear.

PERO... todo lo que acabo de escribir es lo que un "guachiman" debería hacer; sin embargo, lo que realmente hace es: estar sentado desparramado en una silla con una almohadilla para que no le duela su trasero las 8 horas que estará sentado, si es invierno, va a estar abrigado hasta la nariz y con un gorro, de manera que sólo se le vean los ojos ¡y eso!, no se mueve de su sitio por nada en el mundo, al menos que quiera ir al baño (árbol), va a limitarse a tocar su pito ridículo dos veces cada diez minutos a la nada como diciendo "acá estoy, haciendo la finta que chambeo", no olvidemos que todo el tiempo escucha radio, una pequeña con reloj digital que pone a su costado, claro, muchos son tan conchudos que usa audífonos. Si en caso se presentara una situación de peligro tiende a hacer tres cosas: 1) hacerse el dormido 2) caminar por otro lado haciéndose el loco 3) salir corriendo y esconderse, que más podemos pedirle, si con lo único que cuenta es con un pito que sólo sirve para hacer bulla y que ya nadie le da importancia porque es un sonido más del paisaje, su celular tampoco tiene saldo y si lo tiene, no lo piensa gastar en "huevadas". Encima de todo, nunca le falta su tacita de café o algún platito de comida que la vecina le invita "pobrecito chico, toda la  noche despierto, con tanto frío". Despierto, sí claro.

Y se supones que, tanto "guachimanes" diurnos y "guachimanes" nocturnos, saben quienes son los vecinos o las personas que transitan el lugar con frecuencia, por ende, si tu les preguntas si saben dónde vive tal persona o que te razón de algún vecino, ellos se limitan a decir "desconozco mayormente", todo el tiempo es lo mismo, "desconozco mayormente" "desconozco mayormente", si les pides un favor te dices "no es mi trabajo". 

En conclusión, para qué sirven los "guachimanes", no cuidan nada porque paran durmiendo, con o sin vigilante igual roban, solo basta que el ladrón tenga una pistola o sean dos. ¿Hasta cuándo la gente seguirá contratando a estos vigilantes improvisados? yo no lo sé ni lo sabré. Para lo único que sirven es para ir a comprar algo que la vecina se olvidó, para limpiar el carro del jefe o para adornar la calle.